- LA VISIÓN DE UN MUNDO PERFECTO.
Una de las lecciones de vida más maravillosas que he recibido, me la dio un buen amigo que en sus ratos libres le daba por ser árbitro de fútbol.
Estábamos en un partido de la liga sabatina, cuando hubo una jugada (una falta o un fuera de lugar no recuerdo bien) que mi buen amigo no señaló. Yo le reclamé la jugada como si en ello me fuera la existencia. La jugada terminó y él fue hacía mí y sonriendo me dijo: “Es simple, tú la viste desde una perspectiva y yo la vi desde otra. Desde donde yo la vi no fue lo que reclamas”.
En «Vivir para contarla» García Márquez hacía referencia sobre la convivencia con sus amigos de toda la vida. Y una de esas referencias era acerca de que había personas que se sorprendían porque parecía que siempre estaban de acuerdo en todo lo cual no es usual en los seres humanos. La respuesta que daba Gabito era sensacional: No siempre estaban de acuerdo. Y la explicación a mí me pareció cuando la leí, una genialidad: El asunto no es estar de acuerdo sino entender las razones del otro. Grandioso.
Y creo que ambas explicaciones aplican para todos los ámbitos de la vida. O por lo menos, a un servidor le han sido útiles desde que las conozco. Aprendí que cada quien tiene una visión del mundo perfecto distinta y que no por ello es equivocada. Solo es su visión de las cosas y es tan aceptable para él como la mía para mí.
No sé si algún día los seres humanos (o lo que queda de nosotros) entenderemos esa premisa tan simple y en vez de discutir seamos capaces de complementarnos con nuestras diferencias, enriqueciendo nuestra cultura y nuestra visión de ese mundo perfecto.