A MI NO ME VA A PASAR
Decía un instructor en un curso de capacitación al que asistí, que las cosas malas pasan, sobretodo, porque creemos que a nosotros no nos van a pasar. Cuando nos da por creer esa premisa, nos confiamos y ¡pum!, sucede el incidente.
¿Alguno de los tantos motociclistas, adultos y no adultos, que transitan por nuestras estrechas y llenas de coches calles autlenses habrá pensado que puede tener un accidente o que puede ocasionarlo?, ¿Los padres de los motociclistas adolescentes, que son bastantes por cierto, habrán pensado alguna vez que a su hijo le puede pasar un accidente o que puede ocasionarlo? Quiero suponer que sí lo han pensado alguna vez. Quiero creer también, que una vez que dicho pensamiento llega a su cerebro, es desdeñado por completo. No puede ser de otra manera puesto que al verlos (y a veces evitarlos) transitar rebasando por la derecha, metiéndose entre los carros, valiéndoles madre el uno y uno, no dando el paso a los peatones, no haciendo señal alguna para saber que van a dar vuelta, etc., pareciera que sienten ser indestructibles o infalibles o que creen que los peatones, ciclistas y otros motociclistas lo son.
Me parece terrible ver en las redes como se pasan la voz cuando alguna autoridad implementa algún tipo de retén para tratar de meterlos al orden. Me pregunto que sentirán cuando como resultado de esos «avisos» se ponen los cascos si tienen que pasar por las calles donde están las patrullas y una vez que pasan se lo vuelven a quitar. ¿Sentirán ser una especie de «astutos transgresores de la ley» o algo así?
No hay semana en que no aparezcan en los semanarios locales noticias acerca de motociclistas que protagonizan accidentes, a veces de consecuencias fatales y sin embargo, esas noticias no hacen que se tome conciencia y que por ende los accidentes disminuyan.
¿De veras no estamos aunque sea un poquito preocupados como sociedad? Supongo que no. Quizás la vida o la integridad física de muchos de los motociclistas y la de los demás no es tan valiosa como para preocuparse por perderla en un accidente con una motocicleta.