INVISIBLES.
¿Han tenido alguna vez la sensación de que para quienes están a su alrededor no existimos, no nos ven, no nos oyen?
¿No tienen la misma sensación cuando se trata de las formas que el Estado Mexicano tiene para dirigirse a nosotros?
¿No tienen la percepción de que los equipos de gobierno de todos los niveles producen resultados terribles sin que haya consecuencia alguna como no sea premiarlos?
¿Se dan cuenta que a diferencia de otros países las crisis en México no sirven para que caiga una peregrina cabeza responsable? (O irresponsable pues)
Siguen de la mano la crisis política con la crisis económica y el silencio en ambas es por decir lo menos, aterrador. No hay reacción, ni política ni civil.
¿Será que se tiene el consuelo de que existen lugares peores para vivir? Eso me decía un conocido nacido en un país del medio oriente a quien le encanta México.
Y lo malo del caso, es que no existe la conciencia de que así como existen lugares peores para vivir, también existen lugares mucho mejores, los cuales supongo, no se quedan pasmados con las crisis sino que hacen lo posible y lo imposible para sacarle el mejor partido y salir de ellas.
No entiendo si de lo que se trata es de vivir en completa resignación o algo así. Será que nuestros administradores no dan para más y tratan de vendernos ese pobre consuelo o será que nosotros como sociedad no tenemos la capacidad de exigir cambios que ya son impostergables porque la peor de las realidades nos está alcanzando.
Igual y en realidad, no sólo somos invisibles para ellos, sino que nos hacemos los invisibles para evitar tomar decisiones que nos hagan enfrentar nuestros problemas más complejos.