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Vivir para ver – Leonel Ramos Morán

CRUDA ELECTORAL

Me pregunto, después de esta jornada electoral, cual es el paso siguiente. Muchas quejas en las redes sociales, muchas protestas en las calles, altos niveles de violencia, la desigualdad campea a sus anchas en todo nuestro territorio, políticos que no nos terminan de explicar el crecimiento de sus patrimonios… en fin, la lista de agravios es más larga que un dolor de muelas y nosotros, pues nosotros…no sé en que andamos pensando. 

Pareciera que los males nacionales no nos preocupan en lo más mínimo y por tanto, el voto no fue razonado en función de dichas fallas en nuestro sistema. O más simple, nos valen una pura y dos con sal. O supongo que me he estado perdiendo de algo, porque refrendar a un gobierno que ha transitado de mal en peor me parece una decisión más que temeraria. 

Quizás el único viento fresco en estas elecciones es el hecho de que un candidato que no representa (o al menos eso dice) a partido alguno, haya ganado la gubernatura de uno de los Estados más importantes del país. Aunque hay que decir, que el hecho de le apoden “El bronco” no es así como que la mejor carta de presentación, por supuesto, esto es una percepción en su totalidad subjetiva. 

Me pregunto también si después de esta jornada, algunos partidos por fin se atreverán a hacer cambios sustanciales que los lleven a ser  de nuevo partidos de propuestas y de trabajo, porque básicamente los electores les dijeron que han ido perdiendo credibilidad y que la han perdido por méritos propios. 

Del partido en el poder no espero cambios porque a final de cuentas, para que cambiar si se le dio un voto de confianza a lo que están haciendo, a pesar de las quejas, denuncias, insultos, rechazo y por supuesto su propia historia que es de todos conocida, se le dio un sí para continuar escribiendo la misma historia de los más recientes 70 u 80 años. 

Por lo pronto, me queda la conciencia tranquila porque ejercí mi derecho al voto reflexionando de manera profunda para quienes sería éste. Aunque claro, una golondrina no hace verano. 

Ahora no queda sino seguir trabajando y hacer lo que está en nuestras manos para exigir a quienes estarán levando los destinos administrativos de nuestras comunidades que hagan su trabajo y lo hagan de la mejor manera posible. Porque se supone que los motiva una convicción real de ayudar a forjar un mejor lugar para vivir y además porque para eso les van a pagar, a pagar muy bien y de manera muy puntual.

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