Dos palabras difíciles de digerir….. Indiscutiblemente el ser humano fue creado para estar en compañía, tener amigos, casarse, tener hijos y una vida social activa.
Mientras nuestros hijos están pequeños, todo nuestros tiempo, toda nuestra fuerza y energía es de ellos. Nos olvidamos de comer lo que nos gusta, escuchar la música que tanto nos relaja, de sentarnos a leer ese libro olvidado.
Los hijos crecen, comienzan a recorrer los caminos que ellos mismos se han trazado y tu tiempo comienza a ser tuyo de vuelta. A muchas personas les da miedo ese momento de «soledad» y otras comienzan a vivir su tiempo de «solitud».
Y es que Soledad y Solitud no es lo mismo…. son como las dos caras de una moneda. La soledad se te viene encima, te agarra, te carcome, agota el espíritu y no te permite ser feliz. Mientras la solitud, te da paz interior, te disfrutas a ti mismo y no necesariamente necesitas la compañía de alguien para sentirte feliz.
Todos en algún momento de nuestra vida necesitamos un tiempo donde nuestra alma encuentre un momento de quietud, donde sin «miedo» y con un profundo respeto podamos hacer una introspección a lo mas profundo de nuestro ser… y poder encontrar esas respuestas, que ni nosotros mismos sabíamos cuanto necesitábamos.
Yo en lo personal disfruto mucho mi solicitud. Sentir ese silencio que me da paz y escuchar solamente mi voz, me da la tranquila que había buscado durante mucho tiempo…. por supuesto que eso me hace ser una persona «rara, diferente» y las criticas y disgustos no dejan de llegar.
Las personas que saben vivir su solitud con responsabilidad y respeto, se vuelven mas sabias, responsables de su propia seguridad y aprenden a que sus instintos se conviertan en su guía.
Vivir tu solitud es darte la oportunidad de perderte a propósito con el fin de ser encontrado por ti mismo.
Les dejo una frase de Carl Jung— La Solitud es peligrosa. Es adictiva. Una vez que te das cuenta de cuanta paz hay en ella, no quieres lidiar con la gente….!!!