El Ayuntamiento de Autlán acaba de publicar, a inicios de esta semana, una convocatoria para el diseño de un escudo para el municipio. Uno “emblemático”, que contenga elementos a los que se les aplica los adjetivos de “propios”, “distintivos” y “representativos”. Se sugiere, incluso, agregar al diseño una imagen de la Presidencia, de la Catedral, de la grana cochinilla, de la plaza de toros, del centro escolar Chapultepec, de la música, entre otros. La convocatoria limita la participación a ciudadanos originarios de Autlán o con una residencia mínima de tres años aquí y puede consultarse en el sitio web del Ayuntamiento.
Sabemos de la calidad de la obra de los artistas plásticos y diseñadores autlenses, así que probablemente resulte de esta convocatoria una idea con una muy buena propuesta estética.
Desafortunadamente, la convocatoria y el diseño mismo de un nuevo escudo para Autlán (se entiende que de forma europea: entre el jurado estará un experto en heráldica) es totalmente innecesaria: desde hace décadas ha cumplido esa función el glifo náhuatl del nombre de Autlán, mismo que quedó establecido oficialmente en el Artículo 8 del Reglamento de Gobierno y la Administración Pública de Autlán de Navarro, Jalisco, aprobado en sesión de Cabildo del 30 de octubre de 2013. Es decir, oficialmente Autlán ya tiene un escudo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el glifo que, como dije antes, representa el nombre de Autlán (el mayor elemento de identidad que puede existir) ha sido adoptado con entusiasmo por los autlenses como símbolo, acaso al mismo nivel de la marcha Viva Autlán: lo podemos ver en logos de negocios, de clubes o de asociaciones civiles, en la nomenclatura urbana, en artesanías y en casi cualquier espacio que quiera identificarse como autlense. Es decir, “sentimentalmente” Autlán ya tiene un escudo.
Además, el uso del glifo como símbolo oficial del municipio representa una ventaja sobre los otros 124 municipios de Jalisco: aunque en algunos de ellos aparece el glifo de su nombre náhuatl en su escudo oficial, siempre está acompañado por otros elementos, formando un collage que muchas veces es de dudoso gusto estético. No hay otro municipio en el Estado cuya divisa sea precisamente su glifo prehispánico.
De manera que, a pesar de la calidad que presente el ganador de la mencionada convocatoria, no hay manera de que sustituya a nuestro ya entrañable glifo.