AUTLAN, JAL. 19/JULIO/2019 | Rita, fue una víctima más en Autlán de un fraude realizado por los conocidos como “paqueros”, quienes mediante engaños le piden a la gente entregar dinero en efectivo a cambio de “pacas” de billetes que al final resultan ser solo recortes de periódico.
La forma en la que operan estos delincuentes por lo general implica acercarse a las víctimas y entablar una conversación para generar empatía, luego de ganarse su confianza, piden ayuda para cambiar un cheque que resulta ser falso, o les piden dinero a cambio de un boleto de lotería supuestamente ganador, o les cuentan alguna historia de que se encontraron una bolsa con mucho dinero que están dispuestos a compartir, pero para evitar contarlo en público, le ofrecen a la víctima que entregue el dinero que tenga disponible a cambio de que se lleve todo el dinero que supuestamente hay en la bolsa.
Rita, de 62 años de edad, fue abordada el pasado miércoles alrededor de las 12:30 del día por la calle de Antonio Borbón, casi en la esquina de Carrillo Puerto, a media cuadra de la comisaría de seguridad pública municipal, por una mujer que le dijo que no sabía leer y necesitaba ayuda para encontrar un domicilio; como Rita no traía sus lentes, le dijo que no podía ayudarla, pero un poco después, otra mujer más joven se acercó y entre las dos la convencieron de que tenían un boleto de lotería premiado el cual podrían cambiar y compartir el dinero, pero le pidieron a Rita una prueba para poder confiar en ella antes de cambiar el boleto.
Rita nos comentó que por ese motivo, le pidieron retirar del banco todo el dinero que tuviera disponible “solo para verlo”: “Tu retírame 50 mil pesos, dijo, yo nomás los voy a ver, y ya entonces después tú los vuelves pa’tras, dijo, los vuelves a depositar, y entonces ya me dijo, “y las espero allá donde esté más solo”, y se fue para la Purísima y allá nos esperó”.
Fue así como Rita, acompañada de la segunda mujer que llegó, acudieron al banco a retirar dinero y se trasladaron al lugar en donde la otra femenina ya las estaba esperando, ahí mostró el efectivo: “Aquí enfrente de mí, así, me dijo “yo nomás quiero verlos” y ya nomás los vio, y los agarró, yo vi, enfrente de mí, y me dijo “en esta bolsita, me la bendijo el padre”, vi yo que me dijo “llévatela en esta bolsita”, y me la enredó así, bien”.
Después de eso, le dijeron que ya podía regresarse al banco y volver a depositar el efectivo, pero la sorpresa fue que cuando llegó a la caja, en la bolsa ya no había dinero: “Y cuando llego al banco, agarro el “tiquetito” (ficha) pues para que me tocara ahí para volver a depositar, y ya me levanto y voy ahí, no podía desamarrar la bolsita, venía con un nudo muy fuerte y no la podía desamarrar, y le digo al muchacho “voy a hacer un depósito de 50 mil pesos”, y luego me dice “deje ayudarle a desamarrar la bolsita”, ya cuando la desamarramos, puro papel de periódico tenía adentro, esos fueron los 50 mil pesos que me regresó ella, puro papel de periódico”.
Rita sospecha que las dos mujeres, aunque parecía que no se conocían, trabajan como cómplices para enganchar víctimas: “Dos mujeres, (una de ellas), más joven, como de unos 40 años, y la otra yo me imagino que ya más de mi edad, yo tengo 62 años, pero ella tiene más”.
También dijo que decidió compartir el testimonio con la intención de que no le suceda lo mismo a alguien más: “El dinero no es mío, es de uno de mis hijos… a mí ya me sucedió, pero yo no quiero que a otras personas (les suceda)”.