No cabe duda de que la maternidad es una gran responsabilidad y que puede provocar, en muchas ocasiones, un elevado nivel de estrés, sin embargo, y según una encuesta realizada hace unos años por el medio estadounidense Today.com, los hijos no son los mayores causantes de situaciones tensas y de agobios, sino los maridos.
Durante el estudio se encuestó a más de 7.000 mujeres de Estados Unidos, en donde el 46% aseguraron que su cónyuge es el principal factor de estrés y no sus hijos, señalando que esto les provoca un nivel de ansiedad que cuantificaron en 8.5 en una escala de 0 a 10 puntos, además de que una importante cantidad de las madres que tomaron parte en esta investigación explicaron que, con frecuencia, terminaban sintiéndose como si fueran las mamás de sus propios esposos.
En cierto modo, esto conecta con conclusiones de otros estudios que indican que mientras la salud de los varones tiende a deteriorarse al fallecer sus esposas, ellas son capaces de sobrellevar el mal trago con buena salud en muchos más casos e incluso, pese al golpe emocional, pueden llegar a sentirse liberadas de ciertas cargas.
Por otro lado, el 20% de las encuestadas confesaron que la falta de ayuda de sus cónyuges era la principal causa de estrés. Tres de cada cuatro madres se quejan de no obtener ayuda en la crianza y educación de sus hijos ni en las tareas de la casa, mientras que el 60% de las mujeres encuestadas sienten no tener tiempo suficiente para “hacer todo lo que tienen que hacer” durante el día, y eso incluye profesión, tareas de limpieza del hogar, educación de los hijos, etc.
En esta estadística se debe considerar también el hecho de que muchas mujeres prefieren hacer algunas de esas tareas porque están más felices con el resultado que si lo hicieran sus parejas, como lavar la ropa o limpiar el baño por ejemplo.
Además, cuando las madres y los padres no están de acuerdo con el manejo de sus hijos, el estrés se acumula y suele suceder porque esto depende del diferente enfoque de la vida entre hombres y mujeres, también debido a una conformación diferente del cerebro.
De acuerdo con la ciencia, hombres y mujeres tienen una forma diferente de lidiar con distintas situaciones y muchas madres que respondieron el cuestionario expresaron su frustración con sus esposos por esta misma razón. Por ejemplo, los hombres están más dispuestos a sentarse, incluso si el fregadero se desborda de platos, especialmente después de un día de trabajo, o no pierden el sueño si el postre no es perfecto, muchas cosas que estresan a las mujeres, básicamente no tienen mucho significado para ellos.
Algunas declaraciones anónimas que se registraron en el estudio fueron frases tan alarmantes como estas:
“Muchas veces me siento como el único adulto en casa. Mi marido y mi hija compiten por mi atención”.
“Estoy cansada emocional y físicamente. Cuando mi marido llega a casa, siente su hogar como otro trabajo”.
“A pesar de que mi marido es una persona comprometida, todavía siento que toda la presión del hogar es para mí. Trabajo las mismas horas que mi esposo y, sin embargo, soy yo quien hace todas las tareas de la casa”.
“Mi esposo consigue todo lo que quiere. Ni si quiera puedo tomarme un descanso en la bañera sin que mi marido me traiga al bebé”.
“He averiguado mucho sobre la educación de los hijos, pero lo he hecho sin la ayuda de mi marido. Eso me estresa mucho porque si algo ha ido mal, entonces también es mi culpa”.
¿Qué se puede hacer entonces?
1. Algunas sugerencias para tratar de manejar adecuadamente las relaciones de pareja incluyen una comunicación clara y acertiva, para que la pareja conozca las opiniones y puntos de vista del otro conyugue sin que suene a reclamo.
2. Los maridos deben activarse, ya que es muy común que los hombres no ven el trabajo “invisible” hecho por las madres, cómo planear los gastos de la casa o recordar todos los compromisos de los niños, por ello es importante que los hombres también se den cuenta de esto, tal vez mediante la elaboración de una lista claramente visible de cosas en las que pueden ayudar en el manejo de la familia y con los hijos.
3. Las madres tienen que darse un respiro: entender que no se puede ser una súper mamá o una ama de casa ejemplar que tenga siempre la casa en orden y los niños impecables, es una inútil pérdida de tiempo, además de que tener una mamá tensionada todo el tiempo, también es agobiante para toda la familia.
4. Siempre tenga en cuenta que su matrimonio es fundamental: una relación sólida será una base segura para sus hijos. Asegúrate, sobre todo, de tener tiempo para ti y tu pareja: antes de ser padre, eres pareja, recuérdalo siempre.
AGOSTO/2018