AUTLÁN, JAL. 16 / OCTUBRE / 2017. La mañana del pasado sábado en el Museo y Centro Regional de las Artes, el neurocirujano autlense y Premio Jalisco 2014 en la categoría de ciencia, Rodrigo Ramos Zúñiga, impartió la conferencia «La Neurobiología del Beso», dentro de las actividades mensuales de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, Capítulo Costa Sur.
Durante su presentación, el doctor Ramos Zúñiga explicó desde el inicio cómo un beso tiene implicaciones físicas que van desde el reconocimiento entre individuos al intercambio de fluidos, virus y bacterias, así como consecuencias positivas que van desde la mejora para las defensas del cuerpo, producción de hormonas y quema de calorías, pero que también sirve como un gesto que fortalece lazos sentimentales.
«En la medida en que estos mecanismos van siendo como consolidados es en la medida en que se van dando ya como procesos de acercamiento en donde se configuran ya como vinculaciones afectivas. Hoy por hoy, el beso sigue siendo como uno de los mecanismos en donde transmitimos códigos afectivos, y no solamente pensando en los procesos reproductivos sino pensando como en uno de los elementos que más nos consolidan como sociedad en lo que es nuestra capacidad de interacción con nuestras redes más cercanas».
Agregó que la acción de besar ha ido evolucionando con el paso del tiempo, adquiriendo desde distintos significados, ideas o manifestaciones, hasta servir como un gesto que han sido referencia tanto en pasajes bíblicos como en las distintas expresiones artísticas, siempre sujeto tanto a las reacciones neurológicas del cuerpo de cada individuo, así como del lugar y su contexto cultural en el que se desarrollan.
«Depende de los estilos más bien del contexto sociocultural de México como país, esto nos da como un patrón de identidad, de hecho hay muchos de estos elementos que en Latinoamérica son comunes porque forman parte de nuestra conducta derivada de los procesos educativos formales y no formales. Está habiendo sin embargo cambios en muchos de los formatos en cómo expresamos esta condición. Por ejemplo, en los abuelos era poco común que se saludaran de beso, en cambio para las nuevas generaciones es algo como más común, aceptado socialmente y forma parte de una estrategia afiliativa o de mecanismos afiliativos de identidad».
Destacó Ramos Zúñiga que otra variación en las nuevas generaciones, es el papel de las redes sociales, las cuales también son utilizadas para mandar un beso o un gesto afectivo a distancia a través mensajes de textos, audios o emoticones.
«Otros de los cambios que identificamos que son genéricos también es cómo se ha traducido en nuevos códigos de comunicación afectiva a través de los formatos electrónicos, entonces hoy muchos de los mensajes, las redes sociales, han vinculado también expresiones de afecto que de hecho se perciben y se transfieren esas expresiones de afecto aunque no estén viendo a la persona y eso es a partir de entonces cómo es la comunicación, ha abierto otros códigos de transmisión afectiva que pudieran no ser reales ciertamente y es en donde representa también los riesgos de este tipo de comunicación».
Una vez expuesta la parte teórica, en el Salón de Usos Múltiples se reprodujo la canción ‘Bésame Mucho’ de Consuelo Velázquez, y como dinámica se repartió a cada uno de los asistentes una paleta de caramelo para que esta fuera degustada mientras cada uno imaginaba besar a alguien, esto con la finalidad de explicar la manera en la que trabaja el cerebro ante dicho gesto.
(Andrés Ramírez Pelayo)