Soyatlán del Oro fue una de las comunidades que se convirtió en un importante punto Cristero en la región debido a que era un sitio donde los católicos podían ocultarse fácilmente de las persecuciones que había por parte del Gobierno. Sin embargo, la celebración de la Virgen del Rosario, ocurrida cada 30 de octubre, no podía pasar desapercibida y se llevó a cabo pese a la prohibición de culto. Fue entonces que llegaron los militares en plena fiesta y se originó una batalla campal que culminó con el asesinato de pobladores y la quema de viviendas, negocios y el Templo Parroquial. Magdaleno Regla Arana, de 21 años de edad, logró huir del lugar llevándose con él a la Virgen del Rosario envuelta entre su sarape. Al día siguiente fue encontrado por el ejército y murió después de recibir varios disparos. La gente del lugar recuerda con agradecimiento al héroe que salvó a su Santa Patrona de haber sido quemada.
El evento comenzó con una procesión por las principales calles de Soyatlán que llevaba al frente una banda de guerra de 25 estudiantes para culminar en el primer cuadro donde apoyados con una grabación fueron recordando cada uno de los hechos ocurridos el 30 de octubre de 1927.
(Haydeé López Brambila)