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Cajititlán fue uno de los pueblos de indios de repartimiento

El cronista de Tlajomulco de Zúñiga, maestro Raúl Rosales Contreras, hoy finado, en su libro Cajititlán 1676 – 1739, presenta un trabajo para rescatar parte del aspecto del régimen de trabajo agrícola en ese periodo. Foto de Marco Corral

TLAJOMULCO DE ZUÑIGA, JAL. 15 / AGOSTO / 2024. Cajititlán, en el actual municipio Tlajomulco de Zúñiga, fue un pueblo de indios de repartimiento, aportó 48 de los 210 repartimientos concedidos en Nueva Galicia, entre 1607 y 1751.

Cajititlán es un histórico pueblo, del que se repartieron indios para el trabajo del campo, junto con otros como Tlajomulco, Cuyutlán, Tala, Talpa, El Tuito, Tomatlán, en tiempos de la Colonia; el repartimiento de indios fue conocido como Quatequil, repartimiento forzoso y mita.

El cronista de Tlajomulco de Zúñiga, maestro Raúl Rosales Contreras, hoy finado, en su libro Cajititlán 1676 – 1739, publicado el 24 de diciembre de 1999, y de cuyas manos recibimos en su momento un ejemplar, presenta un trabajo para rescatar parte del aspecto del régimen de trabajo agrícola entre el 19 de junio de 1676 y el 11 de mayo de 1739, periodo que se sustentó en el latifundio y en la servidumbre indígena.

Apunta en su libro que Cajititlán aportó 48 de los repartimientos de indios concedidos, para 9 haciendas y labores: 17 para el Valle de Zapotepeque, 15 al Valle de los Cedros, 7 al Valle de Mazatepeque, 2 al Valle de Toluquilla, 2 a San Pablo Buena Vista, 2 al Valle de Atequiza, uno a Santa Anita, otro a Santa Anacatán, y otro repartimiento a Huaxtla.

Los indios repartidos realizaban diversas actividades: estaban los segadores, que cortaban espigas con una hoz y hacían manojos; los chiquihuiteros, que juntaban en chiquihuites las espigas que quedaban regadas en el suelo; los horquilleros levantaban los manojos para llenar las carretas; y los pajareros, que se encargaban de espantar los zanates y tordos que devoraban las espigas de trigo y de sorgo.

Los primeros recibían por sus jornadas de sol a sol, dos reales, y los otros tres, un real por jornada.

El trabajo que desarrollaban los indios en ese periodo, es una muestra del régimen agrícola que prevalecía en la Nueva España, en todo el país, que deja plasmada en su libro el cronista Raúl Rosales Contreras.

(Marco Corral)

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