En términos económicos, estas cifras significan un ahorro estimado de mil 332 millones de pesos y en materia ambiental, el ahorro generado por el Horario de Verano evitó la emisión de 408 mil toneladas de bióxido de carbono, el equivalente a la quema de mil 146 barriles de petróleo crudo.
La dependencia resaltó que una vez que los 33 municipios de la franja fronteriza norte, que adoptan el Horario de Verano el segundo domingo de marzo y concluyen el primer domingo de noviembre, terminen la aplicación del Horario de Verano, se obtendrán los valores reales, de acuerdo a los resultados de la evaluación de la segunda transición octubre-noviembre, los cuales se presentarán en el informe final.
Desde 1996, México es uno de los 86 países que aplican el Horario de Verano, como medida de ahorro de energía. Consiste en adelantar una hora el reloj durante la parte del año en que se registra mayor insolación, con el objetivo de reducir el consumo de energía eléctrica utilizado principalmente en iluminación en el sector doméstico, equivalente a una hora de luz artificial por las noches. Al desplazarse la demanda debido a este cambio de horario, se deja de consumir energía eléctrica, ayudando a disminuir la quema de combustibles para la generación del flujo eléctrico.