CUAUTLA, JAL. 26 / MAYO / 2022. Son numerosas las leyendas que se conocen en torno a zonas y sitios arqueológicos de diversos municipios de Jalisco, algunas, que hacen referencia a supuestos tesoros en metales, que dan pie a daños por la actividad de los llamados busca tesoros o moneros, y otras, encerradas en un ambiente de misticismo y temas de los llamados sobrenaturales.
La zona arqueológica de Cuautla, llamada “Las águilas”, además de los enormes monolitos y rocas que permiten con efectos de luz y sombra, la observación de fenómenos astronómicos, vestigios de antiguas edificaciones, y un área de petrograbados, está rodeada de varias leyendas que cuentan algunos lugareños, otras que refieren asiduos visitantes e historiadores, y otras más que refieren grupos de actividad cultural y de tipo místico.
El solo llegar al espectacular sitio, nos brinda una sensación de entrar a otro tiempo, de evocar un pasado que las grandes cantidades de roca parecen testimoniar.
Las primeras exploraciones, luego de que José Rodríguez descubriera que el área de los monolitos tenía un cierto orden en las posiciones de las rocas, las realizó Miguel Mora, el primer promotor de la zona arqueológica.
Sus relatos sobre una de las cuatro áreas de la vasta zona, a la que llamó la “zona mágica”, dio pie a varias leyendas, que van desde las “piedras mágicas” que cambian de color al ser tocadas por las personas, hasta las de rocas con funciones especiales como la llamada “roca corazón”, donde el visitante se acomoda en cierta posición, y escucha el latir de su corazón al acercar el oído a una parte de la misma.
Grupos místicos visitante frecuentemente, y en fechas especiales, esta zona arqueológica del municipio Cuautla, y con frecuencia, quedan marcados con gis entre las rocas, símbolos de origen indígena y hasta hebreo, luego de actividades como rituales nocturnos en el lugar.
(Marco Corral)
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