AUTLÁN, JAL. 27/JULIO/2017. El Centro Universitario de la Costa Sur tendrá en su próximo calendario escolar un total de 739 nuevos alumnos, entre los que destaca José Mejía Peralta, quien a sus 83 años de edad buscará continuar con la licenciatura en derecho, la cual tuvo que dejar por cuestiones de salud y que en mayo presentó su examen de admisión, con la posibilidad de que le revaliden materias ya cursadas.
En 2008 y después de una cirugía, Don José estudió en su casa tanto la primaria como la secundaria, obteniendo sus certificados con calificaciones de 8.6 y 8.8 respectivamente, continuó con sus estudios y a través de CENEVAL obtuvo su certificado de preparatoria en 2012. Ya en 2014 y a partir de varias experiencias de vida fue que se decidió a cursar la carrera de derecho en la ciudad de Guadalajara.
«De tantas licenciaturas dije, bueno, por qué no pensar en algo que, no que me haya gustado desde niño sino que más bien, considerando y siendo aquí de Costa que desde niño conocí, desde joven también, tantos atropellos, tantas violaciones a la ley, tantos fraudes, tantas cosas dije ¿por qué no estudiar derecho?, no con el fin de que algún día pueda ejercer o lucrar, al contrario, que mis conocimientos con el tiempo fueran suficientes para poder orientar, para poder asesorar, para poder guiar a alguien que tuviera un problema y no se atreviera ante quién consultarlo y decirle ¿qué puedo hacerle aquí?».
Padre de 10 hijos, abuelo de 24 nietos y bisabuelo de 20 bisnietos, Don José Mejía se fue desde niño a trabajar como campesino en la localidad de Lo Arado, sin embargo, a pesar de no contar con estudios más allá de la primaria, fue adquiriendo conocimientos por su propia cuenta, ejerciendo posteriormente cargos como funcionario en una de las administraciones en Casimiro Castillo.
«Cuando andaba en los 22 años, un día me pregunté ¿qué toda la vida voy a hacer campesino? Porque interiormente yo sentía otro tipo de inquietudes, como que esa exploración hacia nuevos horizontes me iban a llevar, me iban a conducir a conocer otras cosas, entonces dije ¿por qué no? Se dieron las cosas, me salí de ahí, coincidentemente quien estaba de presidente en ese tiempo en Casimiro Castillo me llamó a colaborar en su administración, terminó su administración, al año siguiente seguí desempeñándome en la delegación Hacienda del Estado como ejecutor fiscal y ya, me casé en el 59′ y me radiqué en Guadalajara, hice mi vida, y ahora como los elefantes que buscan su habitat para retirarse a descansar, así ahora estoy de nuevo en mi tierra, en mi pueblo, pero con este proyecto todavía de ampliar mis conocimientos y algún día llegar a ser útil en algo para alguien exactamente».
Desde que Don José reinició sus estudios ha tenido varios problemas de salud, entre ellos tuvo que ser sometido a una operación del corazón, aún así dijo que esto no ha significado ningún obstáculo en su meta por concluir la universidad, por el contrario, su satisfacción de ir obteniendo certificados de diferentes niveles educativos lo ha motivado a buscar alternativas, por lo que optó por continuar la carrera en derecho en el centro universitario de su pueblo natal.
«En la medida en que yo me he ido recuperando, he tratado de medir mis capacidades y decir, -voy a medir mis tiempos para dedicarlo a esto- voy a tratar de hacer esto también en base a mi sentir, sin y en ningún momento obligar a mi organismo a que me responda al ritmo de una actividad que mis venas del corazón ya no son capaces de responderme, no, en esa medida de mi recuperación es como yo pretendo seguir avanzando».
José Mejía, que espera continuar a partir del cuarto semestre de la carrera en derecho, hizo un llamado tanto a los jóvenes como adultos que se encuentran en su condición a continuar con sus estudios.
«Trabajos hay muchos pero algunos muy humildes, muy duros, en cambio si se siguen preparando que retomen su nivel de estudios en el nivel que lo hayan dejado trunco porque las herramientas del gobierno, preguntémonos más bien qué no tiene y en dónde no tiene, las herramientas, los elementos y las instituciones las hay, entonces por qué no aprovecharlas. Quien no se prepara tiene menos posibilidades de triunfar en la vida. Si la vida es una escuela, estamos aquí para aprenderla, entonces si no la aprovechamos y no queremos aprender entonces preguntémonos ¿de qué se trata o por qué estoy aquí?»
Así también, Don José animó a los jóvenes que cursan actualmente alguna licenciatura o grado superior a que resuelvan toda duda en cualquier tema que tengan, que también sean más participativos en clases y también solidarios con el resto de sus compañeros, apoyarse mutuamente y aprender de cada uno de ellos, y tal como dijo también lo hace él cada vez que se encuentra en un salón de clases.
«Una cosa que es que estés dentro de un aula y otra es que no te atrevas a preguntarle a tu maestro y que estés con dudas, eso no, yo fui muy exigente con mi maestro hasta el grado al que llegué, al grado de que mis compañeros me decían -Pepe, Pepe, ya no preguntes tanto, nos van a correr- dudas conmigo no, para qué, ellos están aquí para enseñarnos y que nos enseñen pero como debe ser, que nos aclaren los qué y los por qué y por qué».
(Andrés Ramírez Pelayo)